En una historia que parece sacada de una película, un joven árabe que fue a estudiar a Berlín escribió a su padre tras su primer mes en la universidad. Aunque todo marchaba bien, había algo que le incomodaba: se sentía avergonzado de llegar a clases en su lujoso Range Rover, mientras sus profesores lo hacían en tren.
El mensaje tocó el orgullo familiar, y la respuesta del padre no tardó en llegar. Con una breve carta y un cheque adjunto por 10 millones de dólares, el millonario respondió:
«Cómprate un tren, hijo mío, y no nos avergüences delante de extranjeros.»
La anécdota ha dado la vuelta al mundo, no solo por el descomunal nivel de riqueza, sino también por la visión cultural de estatus y orgullo. Una historia que refleja cómo el lujo puede convertirse en una forma muy literal de no quedarse «atrás del tren».
¿Y tú? ¿Qué harías si tu papá te mandara a comprar un tren?